El Logroñés casi logra la proeza ante el Real Madrid
Yo tenía 10 años y guardo un recuerdo imborrable del partido que jugó el CD Logroñés el 27 de febrero de 1980 en el viejo Las Gaunas frente al todopoderoso Real Madrid (2-3), correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey. Nuestro equipo había eliminado al Salamanca de Jorge D’Alessandro en la cuarta eliminatoria (1-0 en Las Gaunas el 30 de enero y 1-1 en el Helmántico), y aquel encuentro fue memorable.
Hubo llenazo en Las Gaunas, con una recaudación de 13 millones de pesetas (78.131,57 euros), y pudimos ver en vivo y en directo a jugadores míticos como Miguel Ángel, Camacho, Stielike, Juanito o Cunningham. El Logroñés le plantó cara al Real Madrid y nos hizo soñar con la victoria. Fue siempre por delante en el marcador con dos goles de Lotina: la estrella de la noche, junto a Paco Sanz. Al final, se perdió por la mínima.
La visita del Real Madrid causó una gran expectación. “Cunningham vino vestido con un traje de alpaca que nosotros no usábamos ni en las bodas”, me cuenta Sanz. “Le vimos entrar en el vestuario y parecía un maniquí. Aquel traje costaría más de lo que yo ganaba en toda la temporada”. Por el Logroñés jugaron Barandica; Pita, Villar, Valderrama, Torre; Eraso, Tomás, Sanz; Lotina, Melero (Viguera) y Muñoz (Tasio).
A nivel personal, aquel día también es inolvidable para mí, pues mis abuelos Félix Wangüemert y María Espinosa, ambos naturales de Madrid, eran amigos de la infancia del presidente blanco, Luis de Carlos, y de su esposa, Concha Grau. Ya viudo, Luis de Carlos hizo un hueco para visitarles en su domicilio antes del partido y, al verme, me regaló una insignia del Real Madrid. Me hizo mucha ilusión… y eso que soy del Atleti.
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