Rituerto debuta en Segunda con 18 años

El 1 de abril de 1973, el CD Logroñés jugó en el campo de Vallehermoso, en Madrid, contra el Rayo Vallecano (1-0). A los 33 minutos de la segunda parte, el portero Chomin sufrió un fuerte golpe en el tobillo al chocar contra el poste y tuvo que salir en camilla. Inmediatamente, León Lasa ordenó al portero suplente que saltara al campo. Fue el debut de Ángel Rituerto en Segunda División, con tan solo 18 años.

“Era muy echado palante; a poco salgo hasta con el reloj”, me cuenta. “Hice la carrera más meteórica del fútbol. Empecé tarde. Me presenté a una prueba de infantiles y me preguntaron ‘¿cuándo cumples 15 años?’. ‘Hoy’, les contesté y, al domingo siguiente, ya estaba jugando en juveniles. A los 17, entrenaba con el equipo de Segunda; a los 18, debuté y, a los 19 ó 20, me retiré” (por una lesión de espalda).

En su estreno, confirmó las expectativas que había creado. “El muchacho ha realizado un par de intervenciones magníficas y espero mucho de él, aunque al principio note, como es natural, el cambio de Primera Regional a Segunda División”, destacó el entrenador al término del partido. El debutante, por su parte, se mostró “muy contento” y “con ganas” de responder a la confianza depositada en él.

El domingo siguiente, salió de titular frente al Pontevedra (0-0). Aquel fue su bautizo en Las Gaunas. Por el Logroñés jugaron Rituerto, Cenitagoya, Corcuera, Arana, Marín, Irízar, Juan Fermín, Ferrero, Tinín, Simarro y Echegoyen. “Salía muy bien por arriba. Iba hasta el borde del área. Tenía facilidad para coger el balón. Así tengo los dedos”, dice, mientras los dobla en sentido contrario. “Entonces no había guantes y ya ves…” 

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Javier Caballero Wangüemert

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