Eguizábal deja rodar la cabeza de Irureta en Madrid

Marcos Eguizábal “tuvo sueños de grandeza en su primer año de presidente del CD Logroñés”, según el periodista Pepo Lumbreras. Hace 35 años, el 29 de enero de 1989, destituyó al entrenador Javier Irureta “porque no le valía que fuera 14º en la jornada 20”, tras perder 2-0 frente al Club Atlético de Madrid. “La idea de ellos es que el equipo tiene que estar prácticamente en Europa”, declaró el míster tras su cese.

El cese llevaba tiempo rondándole la cabeza a Eguizábal, que, veinte días antes, el 9 de enero, viajó a Argentina, junto al vicepresidente Mateo Berrueta y el exjugador blanquirrojo José Luis Lanao, en busca de un entrenador, pero la goleada encajada ante el Real Betis Balompié (5-1) en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey aceleró el despido. “Aquella dura derrota”, a juicio de Pepo Lumbreras, “influyó mucho”.

Recuerdo que, tras su regreso de Argentina, donde había visitado al exseleccionador argentino Carlos Bilardo, y la debacle en el estadio Benito Villamarín, Eguizábal le contó al periodista Tomás Santos que llevaba unos días sin dormir “porque el partido del Betis se me quedó clavado en el alma y eso me obliga a ciertas cosas... que... en fin, no sé. Le estoy dando muchas vueltas a la cabeza y veremos qué sucede”.

Y, ¿qué sucedió? Pues, que la cuerda se rompió por el lado más débil; Eguizábal “cometió uno de sus mayores errores”, en opinión de Pepo Lumbreras, y despidió a Irureta, mientras que el entrenador argentino Carlos Aimar estaba en la grada esperando”. “Todo estaba atado y bien atado”, según el periodista. Pero, al final, la Federación Española no le autorizó a entrenar aquí y tuvo que irse por donde había venido.

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Javier Caballero Wangüemert

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