El Logroñés bate el récord de derrotas consecutivas

Hace 27 años, el 9 de marzo de 1997, el CD Logroñés perdió en Gijón por 2-0 y entró en bucle, sumando hasta nueve derrotas consecutivas en Primera División que le pesaron como una losa y le condujeron irremediablemente a Segunda. A falta de tres jornadas para el final de la Liga, se consumó matemáticamente el descenso. “Se apagó la estrella del Logroñés”, escribió entonces el periodista Chema Glera.  

El resultado de hace 27 años fue un jarro de agua fría para la afición. El Real Sporting de Gijón devolvió a la realidad al Logroñés en el estadio El Molinón, después de dos semanas soñando con un futuro mejor. Las victorias del equipo en Sevilla y en casa frente al Valencia CF habían traído al recuerdo lo sucedido las dos temporadas anteriores, cuando el entrenador argentino Carlos Aimar consiguió salvarle del descenso.

La derrota de Gijón dejó demasiadas dudas, que fueron aclarándose a medida que avanzaba la segunda vuelta de la Liga con “nueve partidos seguidos sin conseguir ni uno de los 27 puntos posibles y con tres goles como única renta a favor. Algo tan lamentablemente impresentable”, en opinión del informador deportivo Tomás Santos, “que no había quien lo aguantara, salvo, claro está, la afición del Logroñés”.

El Logroñés batió entonces el récord de derrotas consecutivas. Ni tan siquiera en la aciaga temporada 1994-1995, cuando puso fin a una andadura de ocho años en la máxima categoría, tuvo una racha seguida tan negativa. Del partido que se disputó en Gijón hace 27 años recuerdo la equipación que utilizaron los jugadores: camiseta blanca y pantalón rojo por coincidencia en los colores con los del Sporting.  

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Javier Caballero Wangüemert

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