Tomás Elorza, que fue un importante jugador del CD Logroñés a caballo entre los años 70 y 80, falleció el pasado viernes a los 65 años de edad. Miembro de la plantilla que logró el ascenso a Segunda División B en 1978, formó una gran delantera con Muñoz y Lotina. Fue “un jugador todo fuerza”, según el entrenador José Ramón Fuertes, pero, sobre todo, “una gran persona”, en palabras del informador deportivo Tomás Santos.

Nació en Villalobar de Rioja el 11 de julio de 1959. Aquí vino procedente del CD La Calzada (1976-1977), junto a Ramón Gil, para jugar de delantero en el filial. A sus 18 años, Luis Aloy le hizo debutar con el primer equipo en Tercera en 1978. Comenzó con buen pie y marcó tres goles en sus primeros cuatro partidos de liga, hasta que poco a poco fue quedándose sin sitio arriba y Juan Arriarán le retrasó al medio campo.

“Es un jugador que lo da todo y hay que aprovechar”, alegó el míster. Pronto consiguió hacerse otra vez un hueco fijo y destacó como “medio peleón”, a juicio de Tomás Santos, cumpliendo “una misión oscura, pero muy efectiva en el equipo, como era la de rompedor y destructor de juego en la parcela central”. “Jugando con regularidad y sudando la camiseta ha logrado un puesto en el once titular”, escribió éste en el 81.

Tomás jugó cinco temporadas en el Logroñés (1977-1982), disputando 155 partidos y marcando diecinueve goles. Era muy joven cuando fichó siendo José Luis Lázaro presidente y aquí se formó como jugador y también como persona, dejando un recuerdo imborrable por su alegría y bondad. Tras tres años en blanco, colgó las botas en el Club Haro Deportivo en 1986. Hoy será enterrado en Villalobar. Descanse en paz.