El periodista Crescencio Cañas, que fuera delegado de la edición riojana del diario ‘El Correo’ entre 1985 y 2004, durante los cuales estuve quince años a sus órdenes, ha muerto hoy, víspera del Día Mundial del Alzheimer, a los 80 años, dejando tras de sí una estela de ser humano excepcional y buen jefe, Él fue quien me abrió la puerta de la sección de Deportes en 1994 y me llevó a cubrir información del CD Logroñés.

Nació en Cirueña el 29 de octubre de1944. Hijo de agricultores, su infancia transcurrió en un medio rural típico de los años 50, hasta que ingresó en el Seminario Diocesano de Logroño, donde realizó sus estudios entre 1957 y 1965. Una vez fuera de ahí y tras una breve estancia en Madrid en la que colaboró con algunos periódicos, inició su carrera profesional como locutor de la emisora Radio Rioja en 1967.

Luego, a partir de 1970, pasó a ser redactor del periódico ‘Nueva Rioja’ y, en 1975, se incorporó a la delegación de ‘El Correo Español’ en Logroño, de la que fue responsable durante diecinueve años y en la que marcó toda una época como referente de honestidad y búsqueda de la verdad para varias generaciones de periodistas. Además, era un buen aficionado al fútbol y apasionado seguidor del FC Barcelona.

En este momento de profunda tristeza para mí, tras recibir la noticia de vacaciones en Lanzarote por boca de Tere Cenzano, que fuera su esposa y madre de su hija Isabel, solo tengo buenos recuerdos. Era una de las mejores personas que he conocido. Nunca olvidaré los grandes momentos compartidos con él: desde el día que me hizo la oferta de trabajo en 1989 hasta el de mi boda con Eva en 2005. Descanse en paz.