Agustín Abadía Plana, conocido en el mundo del fútbol como Abadía e incluso como el Tato Abadía, fue un mítico jugador del CD Logroñés de los años 80 y 90, que trascendió más allá de las fronteras del club riojano y, aún a día de hoy, está considerado como un emblema del fútbol auténtico. Quizás porque “era un trabajador en el campo como pocos habrá habido, un jugador digno de admirar” , según Javier Clemente.
José Julio Carrascosa Cuevas, conocido en el mundo del fútbol como Carrascosa, fue un prestigioso gestor deportivo entre los años 60 y 90, que hizo posible como gerente del CD Logroñés en la temporada 1989-1990 que viviera “su etapa deportiva más brillante” (7º clasificado de Primera División y a punto de jugar la UEFA) y “seria y responsable en el capítulo de organización”, según el informador deportivo Tomás Santos.
Pablo Sebastián Alonso, conocido en el mundo del fútbol como Sebas, fue un futbolista cántabro de los años 70 y 80, que vino al CD Logroñés en diciembre de 1981 con la mira puesta en el ascenso a Segunda División y, aunque parezca increíble, pidió la baja voluntaria en abril de 1982, pues no terminaba de cuajar y era blanco de las críticas. “No nos ha demostrado nada”, escribió el informador deportivo Tomás Santos.