El CD Logroñés tuvo un discreto debut en Segunda División B la temporada 1978-1979: terminó undécimo, con 38 puntos, pero cumplió el objetivo de la permanencia. Más allá de eso, la temporada estuvo marcada por una huelga de futbolistas. El 4 de marzo de 1979, no hubo fútbol. Los jugadores protestaron por sus condiciones laborales y lograron ser incluidos en la Seguridad Social, con sanidad y desempleo.

El 19 de mayo de 1996, un año después del descenso a Segunda División, un gol de Simeón en Toledo (1-2) le devolvió al CD Logroñés a la élite del fútbol español. El sueño se hizo realidad al primer intento, al acabar los blanquirrojos la Liga en segunda posición, con 69 puntos, y conseguir el ascenso directo. La alegría se desbordó en Logroño, donde alrededor de 10.000 personas recibieron a los jugadores como héroes.

El CD Logroñés hizo realidad la temporada 1979-1980 una de las mayores aspiraciones de cualquier equipo de Segunda División B: eliminar de la Copa del Rey a un Primera como la UD Salamanca y cruzarse en los octavos de final con el Real Madrid CF, aunque fuera apeado. La prensa le dio “un notable alto en la Copa”, pero tuvo que conformarse con un “aprobado raso en la Liga”, al quedar el décimo.