Vivo con estupor el peor apagón eléctrico de la historia de España, que el pasado lunes afectó a Logroño durante cinco horas y del que aún no se saben las causas, y me acuerdo del día en que el viejo campo de Las Gaunas se quedó a oscuras, a causa de la avería de un transformador. Fue el 31 de enero de 1990 y el partido disputado entre el CD Logroñés y el Sevilla FC (2-1) debió de empezar con una hora y cuarto de retraso.

Ha caído en mis manos un libro del periodista Orfeo Suárez, titulado 'Palabra de entrenador', en el que Miguel Ángel Lotina reflexiona acerca de su carrera en los banquillos y define a David Vidal como “un técnico muy bueno”, pero añade que “el personaje acabó por devorar a la persona”, hasta el punto de que cree que “era un entrenador de una sola temporada”, pues “más se hacía complicada la convivencia”.

¿Qué queda del espíritu del CD Logroñés dieciséis años después de su desaparición? Pues, nada… o todo, según se mire. Porque, el pasado 12 de abril, veintitrés jugadores del Logroñés Promesas que consiguieron el ascenso a Regional Preferente en 1986 y, a continuación, a Tercera División en 1987 se reunieron en el Mesón Charro para recordar viejos tiempos y rendir homenaje a quien fuera su entrenador: Use Apellániz.